Esta terapia se prescribe fuera de etiqueta en la mayoría de los países, por lo que las mujeres usan formulaciones de testosterona aprobadas para hombres con modificación de dosis o terapias compuestas. Por esta razón, un grupo de profesionales de la salud realizó una declaración que pretende funcionar como guía al respecto.
Durante décadas los médicos han realizado tratamientos con testosterona para mujeres con el propósito de aliviar varios síntomas postmenopáusicos. Sin embargo, no se han establecido indicaciones claras al respecto, por lo que algunos beneficios y riesgos todavía son inciertos. Debido a esta situación, un grupo de profesionales expertos decidió hacer una declaración de posicionamiento de consenso sobre la terapia de testosterona para mujeres, basándose en la evidencia disponible de estudios controlados aleatorios (ECA) que comparen con placebo.
La declaración –redactada en mayo de 2019 por un grupo de trabajo compuesto por representantes de sociedades líderes, cuyas membresías internacionales incluyen médicos que evalúan y manejan la terapia con esteroides sexuales para mujeres- tiene el objetivo de informar a los profesionales de la salud sobre los beneficios conocidos y los riesgos potenciales de la terapia con testosterona. Su fin es ser una guía clara acerca de qué mujeres podrían beneficiarse de la terapia con testosterona, identificar síntomas, signos y afecciones para los cuales la evidencia no respalda la prescripción de testosterona, explorar áreas de incertidumbre e identificar cualquier práctica de prescripción que pueda ser dañina.
El documento fue realizado por los autores: Susan R. Davis, School of Public Health and Preventive, Monash University (Australia); Rodney Baber B. Pharm, University of Sydney, (Australia); Nicholas Panay, Queen Charlotte’s & Chelsea and Westminster Hospitals and Imperial College (London UK); Johannes Bitzer University Hospital Basel (Suiza), Sonia Cerdas Perez, Hospital Cima and University of Costa Rica (Costa Rica); Rakibul M. Islam, School of Public Health and Preventive Medicine, Monash University (Australia); Andrew M. Kaunitz, University of Florida College of Medicine (USA); Sheryl A. Kingsberg University Hospitals Cleveland Medical Center and Case Western Reserve University School of Medicine (USA); Irene Lambrinoudaki National and Kapodistrian University of Athens (Grecia); James Liu, University Hospitals Cleveland and Case Western Reserve University School of Medicine (USA); Sharon J. Parish, Weill Cornell Medical College (USA); JoAnn Pinkerton, University of Virginia Health System (USA); Janice Rymer, King’s College London, and Guy’s and St Thomas’ Foundation Hospital Trust (London UK); James A. Simon, George Washington University (USA); Linda Vignozzi, University of Florence (Italia); Margaret E. Wierman, University of Colorado (USA).